Los artistas y sus colaboradores: Los managers
En el mundo del entretenimiento, los artistas pueden ser ayudados por managers que trabajan para su beneficio.
Por ejemplo, consiguiendo acuerdos clave para hacer que el artista avance en su carrera y empiece a profesionalizar y monetizar sus talentos.
Entiéndase artista como cualquier persona dedicada a algún arte dentro del mundo del entretenimiento.
En este post no se va a utilizar la definición legal de artista que viene de los derechos conexos en donde a éste se le considera un intérprete o ejecutante, pero no necesariamente autor.
Para efectos de este post, se va a entender artista como el término genérico dentro del contexto de la industria.
Pudiendo ser un autor/compositor, intérprete musical, actor, músico, artista pictórico, creador de contenido, entre muchos otros.
TL:DR – Contrato de mánager con artistas
El vínculo legal entre artistas y mánagers suele estructurarse como un mandato con representación.
El artista es el mandante y el manager el mandatario.
- El mánager normalmente cobra comisión del 20% sobre ingresos brutos, aunque este porcentaje y forma de pago se pueden negociar.
- Es clave fijar límites contractuales: qué actos puede y no puede hacer el mánager, cómo se remunera, exclusividad, duración, y condiciones de renovación.
- La sunset clause es una práctica recomendable: regula la terminación del contrato y posibles pagos residuales después de finalizado.
- No es lo mismo el contrato de management que nombrar un apoderado.
La relación contractual managers/artistas: el mandato con representación
El contrato de mandato
El contrato de mandato es un tipo contractual que consiste en que existen dos partes que son un mandante y un mandatario, la primera manda a la segunda (por eso, mandato) a que realice negocios por ella.
Esa es la definición simple del mandato. El mandato puede ser con representación o sin representación. El tipo que nos interesa en este post es el mandato con representación.
Produce efectos directos sobre el patrimonio y obligaciones del artista (mandante), no así en el caso del mánager (mandatario), ya que los negocios celebrados no van a estar a su nombre, sino a nombre del artista.
Con representación
El mandato con representación es un concepto fundamental en las relaciones contractuales dentro de la industria del entretenimiento.
Este tipo de mandato se refiere a un acuerdo en el que una persona (el mandatario) actúa en nombre de otra (el mandante) para llevar a cabo ciertas actividades o tomar decisiones en su nombre.
En este caso, el artista es el mandante y el mánager el mandatario.
En el contexto del entretenimiento, esto puede incluir la negociación de contratos, la gestión de relaciones públicas, la búsqueda de oportunidades de actuación y demás acuerdos.
El manager trabaja en nombre del artista y lo representa, por esto es que popularmente también se conoce como el representante.
No obstante, ya veremos que este tipo de contrato también se aplica en las relaciones del artista con otros profesionales de la industria que lo acompañan.
Aplicaciones en la industria del entretenimiento

En la industria del entretenimiento, el mandato con representación se aplica de diversas maneras:
Agentes y representantes:
- Los agentes de artistas son un ejemplo clásico de mandato con representación. Estos profesionales negocian contratos, buscan oportunidades de trabajo y representan a los artistas en diversas situaciones. Su objetivo es transformar las oportunidades empresariales en beneficios para el artista.
Productores y managers:
- Los productores y managers también actúan como mandatarios. Pueden gestionar la carrera de un artista, coordinar proyectos y asegurar que se cumplan los términos contractuales. Su papel es crucial para el desarrollo y la sostenibilidad de la carrera del artista.
Abogados:
- Los abogados que representan a artistas también pueden operar bajo un mandato con representación. Su función es proteger los derechos legales del artista, negociar contratos y asegurar que se cumplan las leyes pertinentes en la industria.
Cómo se pagan los managers en estos contratos
Por lo general, el manager trabaja por comisiones.
Según el portal Tunepical, el manager recibe un 20% de comisión de los ingresos brutos del artista.
Es importante tomar en cuenta que los ingresos son los brutos, es decir, desde el punto de vista del artista lo que se le paga al manager entraría del lado de los pasivos.
No son dividendos, porque éstos últimos se reparten de los ingresos netos.
Además, los dividendos funcionan en el contexto de sociedades de capital, no en estos contratos necesariamente.
Hay que tomar en cuenta que esto no es así por ley, es una práctica común pero puede cambiarse en casos concretos.
De esta forma, el manager está comprometido a trabajar para su artista dado que sus ingresos personales dependen de los de éste último.
Límites contractuales para los managers
Hay algo que es importante tomar en cuenta.
Los contratos de mandato se caracterizan por su rigor en cuanto a lo que el mandatario puede hacer para el mandante.
Por ejemplo, en el caso de contratos de mandato financieros donde el mandatario se compromete a invertir en un mercado.
En este ejemplo, el mandatario no podría invertir en otro mercado sin el consentimiento del mandante ya que eso estaría prohibido.
Al hacerlo, estaría potencialmente incurriendo en responsabilidad legal muy seria. Tanto de tipo civil como de tipo penal.
Prácticas usuales y recomendadas con managers
Fijar actos permitidos y no permitidos
Por ejemplo, en el caso de cesiones de derechos de autor o prendas, el artista podría estipular contractualmente que el manager no puede realizar dichos actos dentro del mandato.
Las partes pueden convenir contractualmente cualquier otro acto como prohibido o no dentro del mandato, estos dos son sólo ejemplos.
Fijar forma de remuneración
Es importante también tomar en cuenta cómo va a cobrar el manager.
Por ejemplo, puede cobrar comisión por la suma de cada negocio celebrado.
O también puede hacerlo tradicionalmente: de los ingresos brutos.
Es crucial, aunque quizás muy obvio, determinar los aspectos logísiticos del pago, como los plazos y las formas de hacerlo.
Exclusividad, duración y renovación
Esto es crucial, ya que la exclusividad de las partes por lo general implica un precio más alto.
También es importante tomar en cuenta la duración del contrato y si existe posibilidad de renovarlo.
Y de haberla, si la renovación será automática salvo pacto en contrario o si será convenida y renegociada.
Incluso si las condiciones se renegociarán o si se mantendrán constantes al momento de renovar.
Terminación y sunset clause
La terminación del contrato también es importante dado que este efecto libera de las obligaciones contraídas a ambas partes.
Si este efecto se formula erróneamente de maneras complicadas o poco claras, esto perjudica a ambas partes ya que los mantiene obligados al contrato indefinidamente.
Para esto, es útil establecer lo que se conoce como sunset clause que es una cláusula que condiciona la terminación de los efectos de un contrato a una fecha.
Es algo parecido a los términos finales, pero en la versión anglosajona.
Además, muchas sunset clauses también regulan el pago residual al mánager por negocios cerrados durante la vigencia, incluso después de la terminación.
Es decir, se elimina la incertidumbre al fijarlo en una fecha, que es un hecho futuro y cierto.
Una matización importante: No confundir con el apoderado.
Hay una figura que es muy similar, el apoderado.
El mánager en la industria suele trabajar con base en un contrato de mandato con representación, donde el artista lo autoriza a actuar en su nombre en ciertos actos (ej. negociar presentaciones, contratos discográficos, etc.).
El apoderado, en cambio, existe en el derecho civil/mercantil: es alguien a quien se le otorga un poder notarial para que actúe con plena capacidad legal en nombre del poderdante. Eso es más fuerte y formal, porque el poder se da por medio de escritura pública y permite al apoderado firmar directamente como si fuera la otra persona.
No es necesario darle un poder al manager, el mandato ya es válido por sí mismo.
En resumen: un contrato de mánager debe estar bien delimitado para equilibrar confianza, profesionalismo y protección de ambas partes.